sábado, 12 de junio de 2010

JUBILACIÓN

Con motivo de su jubilación, Mery me ha pedido que le escriba un poema. Escribámoslo. Os invito también a vosotros a que olvidéis la pereza y a que, antes de acabar el curso, escribáis algún texto o algún comentario y lo incluyáis en el blog.


A MERY

Es hora de ir,
no ya de venir,
vivir por vivir
en otra canción
sin tiempo y lugar.

Se nos viene el tiempo,
también se nos va
una y otra vez
en mirar atrás.

Es hora ahora
de sacarlo pues
sólo a pasear:
de la mano, tú;
los demás, ni hablar.

Se nos viene el tiempo,
se nos va en verdad
en ti y en nosotros
con rostro y edad.

Es hora de ir,
no ya de venir,
vivir por vivir,
ser impuntual
y saber gozar
fuera del reloj
que en lo habitual
nos llegó a esposar.

Carlos Alcaide Romero.

viernes, 11 de junio de 2010

TEXTOS

Adolfo, a través del blog, te envío tres textos para que incluyas, si es que quieres, alguno, como cierre de curso, en No me leas los martes. El primero es el último ejercicio realizado; el segundo es un ejercicio anterior; el tercero, libre, surgió no hace mucho, pero hasta el 2012 no obtendrá su verdadera carta de naturaleza o plena identidad. Si considerases mejor otro u otros del blog, puedes disponer de ellos en lugar de los que aparecen a continuación.
Invito a los demás componentes del grupo o a quien quiera a hacer lo mismo a través de este blog, es decir, a seleccionar el o los textos que él o ella incluiría en No me leas los martes, indicando sus razones, si es posible. Escribid, si no, alguno en este blog. Tal vez Adolfo también lo eligiese para incluirlo.


PUNTOS DE VISTA O INSISTENCIAS

el gesto ausente y mudo
de un lugar a otro
sin llegar a los bordes
o bien el círculo incierto y cojo
con pliegues y dobleces
o bien el pulso ciego
de pequeñas líneas oblicuas cortantes
con decisión exploran grises
todas las alternativas plenas
sustentan sus existencias posibles
y presagios inabarcables
en el ritmo aleatorio y sordo
de verdes
amarillos
rosas y azules
indistintamente irregulares
y a ras y contrapelo buscan la cicatriz
o rastro consistente en que poder ser todo
cuando incluso el blanco en blanco
parece hecho y no encontrado
como si adrede tú
en las indolencias del yo
soñaras muchas más larvas
en ángulos y esquinas de rostro pasajero
y fuera sólo el ello trasluz de su espejismo
por siempre y para siempre

Carlos Alcaide Romero


DE CINE: TOMA 1: SUGERENCIA

sobre el pavimento húmedo
en otros formatos y presagios o latitudes
las luces rasantes
los brillos y reflejos
las extrañas tonalidades
los destellos de humo y alcohol
los fluorescentes y los focos de la noche
los cruces
las cruces
la huella lunar con manchas de orín
los huecos hambrientos
que van adentrándonos en su mundo
y huelen a ova y sudor
a rata y a moho
se transforman
en raras presencias
esconden quizá un recuerdo
que sea de tierra
y sepa a pan:
Marte, 1988, Hollywood Boulevard

Carlos Alcaide Romero


FANTASMAS

Neues Museum

un pasado incómodo
elocuente
indigesto
no sólo niebla
sino isla abierta ya
en las venas del viento
ha renacido de sus cenizas
con muchos rincones a la intemperie
para rozar la emoción responsable
que sobrevivió al horror
en esa sombra muy diluida ya
imperante en tanta pérdida
que es imposible restañar
por más que el sueño ayude
y el tiempo gane costra
a lo que no ha de ser entonces ni después
aquí
ahí
o mucho más allá
en cuanto ha de venir
a ser su realidad

(Berlín, 2012)

Carlos Alcaide Romero

martes, 8 de junio de 2010

BIOGRAFÍAS

¿Y si escribiésemos algo sobre nosotros mismos? Adolfo, aquí te mando algo, a través del blog, con el fin de que, si lo consideras oportuno, lo incluyas en la publicación de fin de curso del taller. Más adelante, enviaré los otros textos.
En otro orden de cosas y por si viene al caso,espero vuestras aportaciones y comentarios.

AUTO(r)BIOGRAFÍA

Desde entonces, sin una respuesta elemental, me lanzaron entre muchos a la incongruencia. No me arrepiento de haber nacido, sí del lugar,demasiado lejos del sol para tener la voz en carne viva y no significar siquiera yo, porque la palabra, ya tronco a la deriva, a medida que trataba de decir algo más complejo que buenos días, rompía sus esclusas, se despeñaba por mil acantilados más huérfanos aún, y se alejaba, inapresable y múltiple, llegando a no encontrarme en lo que estaba escrito.
Y puede ser, por tanto, que escriba, mientras pueda, así me lo parece, simple o llanamente por abrir mi hoyo o cerrarlo de golpe injuriando la cal de un ojo que pesa más que todo y menos que nada. Escribo, es probable, por no sentir tan a solas la angustia vital del escuerzo o de la escolopendra, por tener hierro en las uñas y sal en la luz que luego fuera sombra en donde la esperanza, o viceversa incluso: para sobrevivir es imprescindible, único medio de no derramarse, contra corriente, por los huecos sin fondo que el vacío diseña sin reposo en cada transparencia teñida de dolor o en su memoria fría. Escribo, ya bien lo habrás notado, para engañarme un poco, por rellenar espacio y simular un tiempo.
De momento, también se acaba esto, diré que sigo siendo Carlos -si es que me contradicen o es que me ningunean-; ese otro que quiere ser el mismo en cada rotación aunque se llame tú, por ejemplo; apenas este nombre colgado del olvido en pos de lo indecible a punto caer el día menos pensado en manos de la dicha, ya sin presencia y plena, para poder ser alguien, completo y verdadero, de nuevo en lo inefable.

Carlos Alcaide Romero.