martes, 8 de junio de 2010

BIOGRAFÍAS

¿Y si escribiésemos algo sobre nosotros mismos? Adolfo, aquí te mando algo, a través del blog, con el fin de que, si lo consideras oportuno, lo incluyas en la publicación de fin de curso del taller. Más adelante, enviaré los otros textos.
En otro orden de cosas y por si viene al caso,espero vuestras aportaciones y comentarios.

AUTO(r)BIOGRAFÍA

Desde entonces, sin una respuesta elemental, me lanzaron entre muchos a la incongruencia. No me arrepiento de haber nacido, sí del lugar,demasiado lejos del sol para tener la voz en carne viva y no significar siquiera yo, porque la palabra, ya tronco a la deriva, a medida que trataba de decir algo más complejo que buenos días, rompía sus esclusas, se despeñaba por mil acantilados más huérfanos aún, y se alejaba, inapresable y múltiple, llegando a no encontrarme en lo que estaba escrito.
Y puede ser, por tanto, que escriba, mientras pueda, así me lo parece, simple o llanamente por abrir mi hoyo o cerrarlo de golpe injuriando la cal de un ojo que pesa más que todo y menos que nada. Escribo, es probable, por no sentir tan a solas la angustia vital del escuerzo o de la escolopendra, por tener hierro en las uñas y sal en la luz que luego fuera sombra en donde la esperanza, o viceversa incluso: para sobrevivir es imprescindible, único medio de no derramarse, contra corriente, por los huecos sin fondo que el vacío diseña sin reposo en cada transparencia teñida de dolor o en su memoria fría. Escribo, ya bien lo habrás notado, para engañarme un poco, por rellenar espacio y simular un tiempo.
De momento, también se acaba esto, diré que sigo siendo Carlos -si es que me contradicen o es que me ningunean-; ese otro que quiere ser el mismo en cada rotación aunque se llame tú, por ejemplo; apenas este nombre colgado del olvido en pos de lo indecible a punto caer el día menos pensado en manos de la dicha, ya sin presencia y plena, para poder ser alguien, completo y verdadero, de nuevo en lo inefable.

Carlos Alcaide Romero.

2 comentarios:

  1. Ahí va la mía Carlos. ¡Qué poco te queda para ser el nuevo Horacio Oliveira! Agárrate fuerte.

    Bio-traición


    Juan Pedro Rodríguez, “sociópata” a veces; escritor, sí, siempre, bueno a ratos, no sé. Juntasílabas tal vez, coseletras, apilafrases, borroneador de folios maltrechos.

    Sus obras más célebres fueron devoradas, por el detergente de lo correcto, de las chapas verdes de formica de los pupitres de escuelas rancias, de las puertas de las letrinas con olor a meado. Desterradas en fondos de armarios, cubiertas de pelusas blancuzcas, en cartulinas de colores dentro de carpetas siempre vacías. Quemadas en la hoguera del obligado olvido, sobres, sellos y pliegos de papel sin rayas garabateados de apariencias.

    Nunca aprenderá a moverse por este mundo "como un caballo de ajedrez que se moviera como una torre que se moviera como un alfil". Y nunca llegará a tiempo para darte un beso de buenas noches. Un beso que hace siglos dejó de prometer.

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  2. Buenas señor Carlos...

    ... Por fin puedo escribir en el blog, ya se que llevo tiempo sin cubrir mi asiduidad, pero mis viajes entre el tiempo que no tengo y la captura del ligamento cruzado que decidio bailar al son de Slayer sin mi rodilla, han colaborado con mi memoria de mierda en llevar tiempo sin caminar los clics por las baldosas de los textos que posteas.

    Te voy a decir lo que te he dicho personalmente, tiene testiculos, por no ser soez, el hacer el texto mas largo del curso y ser el que se usa como presentacion del aficionado a rellenar quinielas y margenes de periodicos y libros, tiene cojones, vaya, lo he dicho al final.

    En fin, esta muy bien y pareces decir muchas verdades en cada linea, siempre lo contrario de nuevo que todos los demas que fueron hechos para rellenar el libro de fracasados ilustres de "No me leas los martes" entre los que me incluyo. Por eso me atrevo a decir que basta ya de engañarnos y decirnos en cada cerveza disfrazada de curso lo que ahora te atreves a escribir en tu presentacion comercial pues todos, sobretodo los mas peritos en detalles ajenos, sabemos que tu nombre no es Carlos sino Dorian y que no sabes pintar y si escribir y que por eso y no por otra cosa ya has vendido tu alma al diablo, texto sabio y viejo y mano joven y ágil.

    Si ahora tu trabajo es realizar biografías tan buenas, conoces a un tal Juan Pedro que por un módico precio puede recolectar almas con la ayuda de objetos quirúrjicos venidos al efecto de quitar vidas y así alimentar la verdad en esos espejos literarios.

    Saludos.
    Gustavo Rojas.

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